
Por Luis Alfonso Gámez.
En febrero de 2024, los socios del Círculo Escéptico me eligieron presidente de la entidad. Me había resistido a ello desde la fundación de la asociación, hace ya veinte años. Sin embargo, al retirarme del día a día periodístico, me quedé sin el principal argumento para no ponerme al frente de la sociedad: la falta de tiempo para hacer las cosas como creo que hay que hacerlas. Llevo en el movimiento escéptico español desde el primer día y nunca he querido ostentar cargos. Pero entiendo también que asumir temporalmente esta tarea es una forma de reafirmar mi compromiso con la promoción del escepticismo científico y el pensamiento crítico.
En el último año y medio, mis compañeros de junta, varios socios y yo hemos actualizado los estatutos del Círculo Escéptico; hemos renovado la web, convirtiéndola en una digna tarjeta de presentación y haciendo la asociación más trasparente; hemos dado una vuelta a nuestra presencia en las redes sociales, en especial, al canal de YouTube; hemos mantenido y ampliado la programación de actos públicos; y hemos empezado a traducir al español textos escépticos, para lo que hemos llegado a un acuerdo con la principal asociación de nuestro ámbito, el Centro para la Investigación (CFI). Si te das un paseo por la web, verás gran parte de lo que hemos empezado a hacer.
No hemos alcanzado algunos objetivos que nos habíamos marcado -como extender nuestras actividades a Madrid y otras ciudades (actualmente, están concentradas en Bilbao y La Coruña)-; pero, si los socios renuevan en febrero la confianza en la junta actual, seguiremos trabajando para cumplirlos. Si no lo hacen, la nueva directiva tendrá todo mi apoyo, como lo han tenido las anteriores, para aquellos fines que considere prioritarios.
Una de mis obsesiones es hacer del Círculo Escéptico una asociación fuerte. Siempre he creído que España necesita una sociedad como la nuestra y, en estos momentos, me parece más necesaria que nunca una organización sin ánimo de lucro, independiente de intereses partidistas y mediáticos, dedicada a la lucha contra la desinformación y al impulso de la razón. Tenemos que crecer para hacer más actividades y hacer más actividades para crecer. Poner en marcha ese círculo virtuoso, que diría un buen amigo, requiere que seamos más.
El Círculo Escéptico necesita más socios y de todos los campos: de las ciencias naturales, de las humanidades, artistas plásticos, escritores, promotores culturales, traductores, músicos…
El movimiento escéptico contemporáneo nació en Estados Unidos hace casi cincuenta años; en España, hace cuarenta. Desde entonces, no hemos dejado de ampliar nuestro ámbito de actuación, siempre en vanguardia frente a los retos que encaran nuestras sociedades, que pueden variar de un país a otro. «Los escépticos –escribía yo hace poco en la web del Comité para la Investigación Escéptica (CSI)– somos el canario en la mina. Desde los años 70, hemos abierto nuevos campos de acción, según se han incorporado al colectivo especialistas de diferentes áreas del conocimiento y la sociedad se ha visto expuesta a nuevos miedos, esperanzas, sueños y engaños».
¿Quiénes fueron los primeros en denunciar las pseudoterapias, los antitransgénicos, la histeria electromagnética, la antivacunación…? Los escépticos. Y ahí tenemos que seguir, en primera línea, aunque a veces no sea fácil. Como entidad que aboga por el pensamiento crítico, ningún campo nos es ajeno. En las redes sociales, el Círculo Escéptico tiene muchos y muy importantes apoyos, pero, aunque los agradezca, con eso no basta. Necesitamos más socios y de todos los campos: de las ciencias naturales, de las humanidades, artistas plásticos, escritores, promotores culturales, traductores, músicos…
Echa, por favor, una ojeada a esta web. Aquí están los estatutos, el registro histórico de actividades, una relación parcial de socios -figuran aquellos que han dado su permiso expreso-, unos objetivos simplificados y una explicación de qué es el escepticismo científico.
Si no te suena mal lo que te cuento, si te gusta lo que ves en la web, si crees que una asociación como el Círculo Escéptico tiene un papel que desempeñar en la España contemporánea, ¿por qué no te haces socio?
Ah, y, si conoces a alguien a quien pueda interesarle, siéntete libre de reenviarle este texto y de republicarlo donde sea, citando como fuente esta página, por favor.
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